«Es una traición a la gente de buena voluntad que es militante del PSOE. El votante de izquierda es especial, si lo decepcionas no vota y si no vota gana la derecha. Ha hecho mucho daño, Sánchez fundamentó la moción de censura de la lucha contra la corrupción»
6. Envidia: El precio de quererlo todo
«Podemos creyó que podía dar el sorpasso. Prometía regenerar la política pero en Podemos siempre se hizo lo que él quiso. Tiene actitudes prepotentes, inmisericordes y siempre tenía la razón. Esa forma de dirigirse al resto como culpables me recordaba a Aznar»
Rafa García es el actual jefe de prensa de la Diputación de Castellón. Antes de llegar a este puesto, ha pasado por distintos ámbitos relacionados con la comunicación política y los medios. Fue responsable del gabinete de prensa del PSPV-PSOE en la provincia de Castellón y también jefe de prensa de la Subdelegación del Gobierno en Castellón. Además, formó parte del equipo de comunicación de Cocemfe Comunidad Valenciana. Tiene una larga trayectoria en radio: durante años trabajó en Onda Cero Castellón como jefe de programas, locutor y redactor, siendo una de las voces más reconocidas de la emisora.
Militante del PSPV desde 1993, ha defendido siempre un modelo de partido más participativo y conectado con la sociedad. También ha sido colaborador habitual en medios con artículos de opinión y análisis político, combinando su perfil institucional con una fuerte presencia en la conversación pública local.
En Pecadores, Rafa García ha aportado una mirada crítica desde dentro de la izquierda, con la experiencia de alguien que conoce de cerca, gracias a su paso por la dirección de comunicación de partido, cómo funciona el PSOE y cómo piensan sus votantes.
Sobre el caso Koldo, deja claro que este tipo de escándalos no solo dañan al PSOE como partido, sino que rompen el vínculo de confianza con una base que vota desde la ética y la coherencia. Para él, cuando la izquierda decepciona, su electorado no castiga votando a otro, simplemente deja de votar, y eso acaba beneficiando a la derecha.
Al hablar de la caída de Pablo Iglesias, va más allá de lo que suele decirse: para Rafa, el problema no fue solo político, sino de formas. Un liderazgo demasiado autoritario, poco abierto a la crítica que terminó alejando a muchos y derrotando a la figura que lo ejercía. Con su estilo directo, más de análisis que de consigna, aporta ideas sobre cómo se construye —y también se pierde— la conexión entre políticos y ciudadanía, y deja claro que sin coherencia, los cimientos de cualquier proyecto político en algún momento temblarán.